viernes, 18 de diciembre de 2015

Suelen preguntarme porqué te amo tanto y porqué soy tan estúpida para estar enamorada de alguien tan bueno para nada como tu. Ellos no saben todo lo que he hecho por ti, que en sí no es la gran cosa pero es algo mágico y extraño para mi.
 Nunca fui la típica niña buena de casa, pero siempre respeté los horarios de salida y era muy ordenada en ello, siempre pedía permiso con anterioridad y nunca inventaba cosas para quedarme fuera, quizás más de una vez fui a otra cuidad con la excusa que estaba dónde una amiga lejos, pero nunca dije tantas mentiras para poder estar con alguien.
 -"Mamá estoy con la rocío en la playa, no me iré a casa ahora"- Cuando en realidad estaba contigo buscando un poco de alcohol para pasar el calor del verano. Habrán sido las 5 de la tarde, pero no debí estar en la calle ese día. Un 22 de diciembre uno no suele salir a menos que sea para los últimos detalles de navidad, pero ese día me marcó de tal forma que lo recuerdo como si hubiera sido ayer. 
Caminaste tanto por vernos, ahora que lo pienso... fue demasiado pero te gusta caminar, no debió molestarte. Los padres suelen interrumpir los momentos más lindos de sus hijos sin notarlo, con una simple llamada  cortan la magia. 
¿Porqué no te valoras tanto? Maldita sea, eres muy lindo. -"Las curvas matan, vicho"-  Quién hubiera pensado que terminaría en esto... Siete días fueron suficiente para ridículamente enamorarme.
Te necesitaba, te deseaba ¿ y tu a mi.?  




sábado, 3 de enero de 2015

Estudiantes secundarios. Antes, después y durante la Dictadura.


Desde el sujeto consiente y revolucionario hasta la oveja de las masas

Entre los días 16 y 17 de Agosto del año 1949, se produjeron una serie de manifestaciones de carácter violento en Santiago. No fueron pocos los estudiantes secundarios que murieron empalados por las lanzas de carabineros  y perecieron en esta manifestación ¿La razón? El precio del pasaje escolar había subido una chaucha (veinte centavos) aun cuando varios terminaron heridos esta manifestación tubo como consecuencia la rebaja del pasaje escolar a su precio anterior.
¿Cómo es que por un poco de alboroto en las calles de Santiago logra revertir una medida tomada por el gobierno?
En ese entonces (y hasta casi el principio de la dictadura) los estudiantes secundarios eran considerados ciudadanos consientes e informados de la situación país, que tenían la capacidad de expresar su punto de vista de manera fluida y correcta. Eran personas con conciencia de clase que, al igual que la sociedad de esos días buscaban la mejora del país.
Tras 1973 y la represión de esos primeros años de dictadura, el quiebre de la sociedad chilena afectó desde los obreros hasta los estudiantes e instituciones religiosas. A los pocos hombres que tuvieron esa  rebeldía de salir y alzar la voz, fueron los primeros polluelos en callar bajo el frio de una metralleta. La prohibición de los sindicatos y la censura de nada para todo no fue solo con los estudiantes sino que también con los obreros y otras organizaciones gremiales. En general  pasó que los pocos que se manifestaron lo hicieron porque estaban afiliados a grupos onda MIR o el frente patriótico, no se manifestaron como sindicatos. Durante los años 1974 y 1980 no hubo ni la más mínima protesta entre las universidades o colegios. Ya en 1983 los estudiantes de la Universidad de Chile, seguidos de la Católica de Santiago se organizaron y manifestaron en contra de la dictadura de Pinochet para ser reprimidos con un nivel de brutalidad y violencia propio de un país en dictadura, que suele ser recordado y contado como una anécdota por quienes ahora son nuestros padres o abuelos. En esta época los secundarios empezaron a considerarse carne de cañón por los universitarios, ya que un sujeto menor de edad e impulsivo no podía ser perseguido y reprimido con la misma violencia con la que se reprimía a los con más edad. El estudiantado formó parte importante en la consigna del SI y  el NO.
Empezando los años 90 el concepto de estudiante secundario se consideraba algo distinto, durante y después de este periodo se esparció una decepción entre el estudiantado por la falta de organización y el gran periodo de silencio. ¿Por qué ahora el gobierno no logra llegar a acuerdo con los secundarios?, ¿Porqué prácticamente ni los estudiantes se toman en serio a ellos mismos?
si bien las demandas estudiantiles después de la dictadura han sido realmente justas por buscar lo que se les quitó en dictadura, las formas en las que se ha intentado llamar la atención del gobierno exigir cambios es casi la única que deja huella y hace que las autoridades pongan su vista en lo que está sucediendo en las aulas de clase. Esto en parte no es culpa de los estudiantes, puesto que los medios de comunicación jugaron un rol fundamental en la banalización e imagen violenta del movimiento. Ahora los estudiantes se ven a ellos mismos como lo que fueron en los años 50 y se hacen ver ante la mirada de los ancianos que vivieron esos años, ante la vieja escuela, ellos no son más que un grupo de jóvenes que buscan mejoras sociales de las peores formas y sin ver las consecuencias de las mismas, además de solo repetir consignas y ni si quiera saber porque se reúnen a cortar el tráfico en la Alameda y Pedro Montt.
Los mismos jóvenes que pedían educación gratuita y de calidad en 2011 son los mismos que reclaman ahora que, por la reforma tributaria subieron el precio al alcohol y tabaco. Después de la dictadura los estudiantes perdieron la conciencia con la que crecieron como FESES, que de hecho, ahora sólo está en Santiago.
Hemos de preguntarnos frente a estos hechos ¿Qué peso tiene opinar actualmente como un estudiante?
La centralización ha eliminado a la que se han visto sometidos los centros estudiantiles han toda la unidad que se había podido construir en los años previos a la UP. Además, son solo unos pocos los que realmente saben porque protestan. El resto de la masa no está ni informada ni con la causa, están muchos más preocupados de su estado de Facebook o el horario de su serie favorita.
Matilda Cepeda.
Paulina Lara.
Victoria Palomé.
3ª medio
Lenguaje y sociedad.
Mauricio Arenas